Crearon cápsulas biodegradables que regenera el suelo ¿Cómo funcionan?
Una sturtap británica desarrolló los nuevos Aeropods como respuesta a una doble amenaza para la seguridad alimentaria mundial: el cambio climático y la degradación de los suelos agrícolas. En un contexto donde más del 40 % de las tierras productivas del planeta muestran signos de erosión o pérdida de materia orgánica, esta innovación ofrece una alternativa concreta.
Las cápsulas biodegradables de Aeropod, activadas por procesos naturales, se colocan junto a las semillas y actúan de forma autónoma para oxigenar, enriquecer y reactivar la biología del suelo. Gracias a ello, facilitan una agricultura más resiliente frente al clima y menos dependiente de maquinaria pesada o fertilizantes sintéticos.
Su uso no se restringe a grandes superficies agrícolas: también puede aplicarse en cultivos regenerativos, huertos urbanos o proyectos de restauración ecológica, donde la salud del suelo resulta esencial para capturar carbono y preservar la biodiversidad.
Cómo funcionan estas cápsulas biodegradables
Cada Aeropod es una cápsula biodegradable, compuesta por una estructura multicapa y sensores naturales de presión y humedad. Cuando detecta niveles críticos de compactación o saturación, libera un impulso controlado que fractura el suelo de forma no destructiva, generando microcanales de aireación y drenaje.
En su interior, una mezcla de microorganismos beneficiosos bioinsumos y nutrientes orgánicos mejora la estructura y fertilidad del suelo a lo largo del tiempo. Esta liberación gradual permite que los Aeropods actúen de manera escalonada durante toda la temporada agrícola, adaptándose a las condiciones del entorno sin requerir intervención humana.
El resultado es un suelo más esponjoso, oxigenado y biológicamente activo, donde las raíces se desarrollan con mayor profundidad y las plantas muestran una mayor tolerancia frente a sequías o lluvias intensas. Ensayos de campo realizados en el Reino Unido y España evidenciaron incrementos de rendimiento del 15 al 20 %, junto con una reducción significativa en el uso de fertilizantes y diésel agrícola.
El desarrollo de Aeropod se apoyó en una investigación multidisciplinar que combinó bioingeniería, biomímesis y estudios sobre compactación del suelo. El equipo trabajó con agricultores, agrónomos y expertos en materiales biodegradables de tres continentes, buscando una solución eficaz y al mismo tiempo accesible para pequeños y medianos productores.
Las pruebas iniciales se centraron en medir presiones internas del suelo, tasas de infiltración de agua y velocidad de degradación de materiales, ajustando el diseño de las cápsulas para distintos tipos de terreno. La clave fue su activación pasiva, capaz de responder a estímulos naturales sin sensores electrónicos ni mantenimiento.
En paralelo, se evaluó el impacto económico del sistema. Los resultados muestran que la tecnología reduce hasta un 60 % los costos operativos -asociados a maquinaria, combustible y mano de obra-, además de disminuir las emisiones agrícolas de CO2, que representan alrededor del 10 % del total global.
Qué la hace diferente
A diferencia de los métodos tradicionales de labranza o aireación, que alteran la estructura natural del suelo y eliminan su vida microbiana, Aeropod propone un enfoque de baja intervención y alta eficiencia. Su biodegradabilidad completa evita residuos plásticos o químicos, mientras que su activación natural elimina la dependencia de maquinaria o condiciones meteorológicas favorables.
Su impacto, además, es medible y escalable. En las pruebas de campo, los agricultores reportaron mejoras visibles en la infiltración de agua y en la vitalidad del suelo tras una sola temporada. Por eso, Aeropod no es solo una innovación tecnológica: es una herramienta transformadora que acerca la agricultura regenerativa a la rentabilidad económica real.
FUENTE: Ecoinventos
Empresa: https://www.jamesdysonaward.org/es-ES/2025/project/aeropod
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