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Actualidad JUNIO - 2024 660

Puentes verdes con camelina: la oportunidad de los biofuels

Puentes verdes con camelina: la oportunidad de los biofuels

Dentro de las metas que se proponen los países más desarrollados para mitigar las emisiones de carbono, se plantea un renovado rol del sector agropecuario. El mismo está basado en una agricultura que logre mayor captación dentro del ciclo del carbono, con una fijación efectiva que aumente el contenido de la materia orgánica de los suelos, y gastando la menor cantidad posible de insumos en ese trabajo.

Planteada en esos términos, la producción agrícola asegura que los cultivos capturen parte del carbono atmosférico, transformándolo en MO de los suelos, algo inverso a lo que ocurre especialmente cuando un bosque nativo es deforestado por tala o quema, se hace agrícola y, en este cambio de uso, el suelo pierde una fracción importante de la materia orgánica.

Por otra parte, en este nuevo contexto, la agricultura toma también un rol preponderante, siendo proveedora de materias primas sostenibles para energía, especialmente para los combustibles líquidos de nueva generación. Estas tecnologías innovadoras incorporan la posibilidad de producir combustibles 100% renovables que no precisan mezclas con combustibles fósiles y, por primera vez, la oportunidad de producir energía renovable para aviones.

Oportunidad verde:

Para este desafío, que va a marcar el ritmo de la agricultura en los próximos años, nuestro país cuenta con una base fundamental: una amplia región productiva libre de deforestación, que es la condición de todas las certificaciones; un manejo de la siembra directa sumamente extendido, y un consumo de fertilizantes ajustado a diagnóstico hace potencialmente a la agricultura argentina, una de las más eficientes del mundo. 

Sin embargo, para aumentar la producción es importante incorporar otras herramientas. Una de ellas se basa en desarrollar cultivos de invierno que permitan extender el doble cultivo, para generar más cosechas en un mismo período de tiempo.  Entonces, incluir estos puentes verdes* con cosecha en reemplazo de los barbechos, permite intensificar la secuencia de cultivos, reemplazando respiración de carbono por captación de carbono y con la posibilidad de reducir el uso de herbicidas.

Los cultivos oleaginosos de ciclo invernal como Camelina, se adaptan a distintas regiones y/o secuencias de cultivo, permitiendo lograr puentes verdes cuya cosecha con baja huella de carbono, se encuentra certificada para su uso en biocombustibles.

“Hoy vemos que en la región pampeana los cultivos de invierno ocupan tan solo un 30% de las tierras agrícolas, y en algunos lugares aún menos”, dice Federico Varela Gerente Comercial de Chacraservicios, y quien desarrolló las bases de este cultivo.

En muchos casos, según el vocero, se dan “largos períodos de tiempo en que el suelo se encuentra sin vegetación, solo con restos del cultivo de soja anterior, que deja una cobertura muy pobre”. En estos casos, se genera un largo período del año con pérdida neta de carbono del suelo, a la vez que aumenta el riesgo de erosión y la presión de las malezas, como otra complicación visible.

Por ese motivo, según Varela, la elección de Camelina permite intensificar la secuencia de cultivos y combatir algunas de las problemáticas presentes en varias regiones productivas, como las malezas resistentes y la compactación subsuperficial.

“Este cultivo tiene una raíz pivotante y agresiva, que no solo es importante para explorar el suelo, sino también para atravesar las densificaciones subsuperficiales, muy frecuentes en suelos con siembra directa”, explicó. 

Por otra parte, ayuda en el control de malezas, al exudar sustancias alelopáticas a través de sus raíces. Y, al tener un ciclo más adelantado que los cereales de invierno, dejan libre el lote entre 10 y 15 días antes que el trigo, lo que permite anticipar la siembra del cultivo de segunda. 

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