Jornada: Compostaje de alto volumen para transformar residuos en recursos
La Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora realizó las Jornadas Internacionales de Compostaje de Residuos Orgánicos de Alto Volumen, un encuentro académico y técnico que reunió a especialistas de diversas disciplinas, para analizar el rol estratégico del compostaje en la gestión sostenible de los residuos orgánicos, la mitigación del metano y el fortalecimiento de las oportunidades de negocios.
El panel inicial coordinado por Lic. Gabriela Abarzúa, abordó un dato central: en Argentina se generan cerca de 270 millones de toneladas de residuos orgánicos por año, de los cuales aproximadamente el 80% proviene de actividades vinculadas a la producción, procesamiento y consumo de alimentos. También subrayó la importancia de la educación ambiental y la vinculación con la comunidad. Este volumen, coincidieron los especialistas, representa una oportunidad única para la economía circular, permitiendo transformar residuos en compost, bioinsumos y materia orgánica que regresa al suelo como recurso productivo.
Durante la jornada, la Ing. Civil Patricia Virginia Fernández Cañas explicó que el compostaje mejora la estructura del suelo, incrementa la retención de agua y nutrientes, favorece la biodiversidad microbiana y aumenta la resiliencia de los cultivos frente a sequías, erosión y variaciones climáticas. Además, subrayó que un uso eficiente del compost puede colaborar en reducir la dependencia de fertilizantes químicos, bajar costos productivos y aportar a la autonomía de pequeños productores y huertas comunitarias.
A diferencia de la disposición en rellenos sanitarios —donde la descomposición anaeróbica genera metano, un potente gas de efecto invernadero—, el proceso de compostaje promueve la degradación aeróbica, reduce emisiones de metano y contribuye al secuestro de carbono en los suelos. La jornada contó también con la participación especial de la Dra. Luisa Fernández González Herrera, experta regional de la Coalición del Clima y Aire Limpio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), quien se conectó desde Colombia. La especialista resaltó que entre el 40% y el 60% de los residuos de los países de la región corresponden a fracción orgánica: un material altamente aprovechable que no debería terminar en vertederos. Subrayó que existen tecnologías probadas, modelos de negocios exitosos y experiencias latinoamericanas que permiten avanzar hacia una gestión más eficiente, con un impacto directo en la reducción de metano y en la mejora de la calidad del aire.
Por su parte, la ingeniera María Carolina Pirez Sierra explicó las consecuencias ambientales de disponer incorrectamente los residuos orgánicos en cuerpos de agua o basurales. Señaló que la descomposición sin control consume el oxígeno disuelto — necesario para la vida acuática— y genera lixiviados que contaminan suelos y acuíferos. También remarcó que en los rellenos sanitarios la degradación anaeróbica produce gases de efecto invernadero. El ingeniero Walter Germán Ordinas, referente regional en compostaje, expuso los criterios de sostenibilidad ambiental para la producción de compost de calidad. Entre ellos destacó la gestión responsable de las materias primas, el diseño eficiente de operaciones, el control de temperatura, emisiones y lixiviados, la trazabilidad, el cumplimiento de normativas y la protección de la salud del personal. También afirmó que “el compostaje redefine el valor de los residuos, transformándolos en motores de sostenibilidad y resiliencia territorial”. Otro bloque del panel se centró en la educación ambiental y los hábitos de consumo, eje clave para garantizar la separación en origen —primer paso para la calidad del compost— y para reducir pérdidas y desperdicios de alimentos. Los especialistas coincidieron en que la sensibilización de los consumidores, la planificación de compras, la correcta conservación de alimentos y la separación domiciliaria resultan fundamentales para el éxito de iniciativas de compostaje de gran escala.
Los disertantes pusieron en valor la interdependencia entre ambiente, salud, producción y educación. Desde la conservación de los ecosistemas hasta la promoción de empleos verdes, pasando por la reducción de impactos sanitarios, el compostaje se consolida como una herramienta clave de transformación territorial y de construcción de una economía más regenerativa. Al termino de las jornadas el especialista internacional, exvicepresidente de la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas y actual vicepresidente de la Asociación para el Estudio de los Residuos Sólidos (ARS) y miembro nacional de ISWA en Argentina, Atilio Savino destacó en su intervención que el compostaje de alta escala se vuelve una herramienta estratégica no solo desde el punto de vista ambiental, sino también como respuesta a los compromisos asumidos por los países en el marco del Acuerdo de París. Subrayó que la gestión adecuada de los residuos orgánicos permite reducir significativamente las emisiones de metano y que varias naciones de América Latina ya incorporaron este eje en sus contribuciones climáticas. Además, remarcó la necesidad de avanzar hacia esquemas de triple separación en origen, políticas públicas integradas y regulaciones que desalienten el envío de biodegradables a rellenos sanitarios, una medida que —recordó— permitió a la Unión Europea disminuir más del 20% de sus emisiones de gases de efecto invernadero. “El compostaje genera nutrientes y posibilita un verdadero enfoque de economía circular. Felicitaciones por este esfuerzo y por el éxito alcanzado”, concluyó.
En el cierre institucional, el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias, ingeniero Néstor Urretabizkaya, celebró el nivel académico y técnico de las jornadas y agradeció el trabajo conjunto de todo el equipo organizador y los especialistas nacionales e internacionales. Valoró especialmente la dinámica ágil del encuentro y el aporte de experiencias aplicadas, que permiten proyectar acciones concretas en materia de gestión sostenible de residuos, recuperación de suelos y articulación con municipios y empresas. El Decano destacó además el proyecto de compostaje y restauración que la Facultad desarrolla en su campus —donde se generan modelos productivos y un volumen creciente de compost a partir de los residuos orgánicos de la comunidad universitaria—, y anunció que ya se trabaja en un encuentro presencial internacional para 2026. “Me siento profundamente orgulloso del nivel alcanzado. Estas jornadas abren una hoja de ruta para seguir construyendo conocimiento, redes y soluciones reales. Ojalá podamos reencontrarnos pronto en nuestra casa”, expresó.
Las primeras Jornadas Internacionales de Compostaje de Alto Volumen marcó un hito para la FCA-UNLZ, reforzando su compromiso académico, científico y social con la gestión sostenible de los recursos y la formación de profesionales capaces de liderar los desafíos ambientales actuales y futuros.
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